Orden cronológico de de los sucesos, según el
gobierno de cuba.
5
de octubre de 1976: Llega al aeropuerto de
Timehri, en Guyana, el DC-8 de Cubana de
Aviación que realiza el vuelo CU-455.
6 de
octubre de 1976:
10:57 de la mañana (hora local): El avión parte
hacia el aeropuerto de Piarco, Puerto España,
con 27 minutos de retraso por esperar a una
delegación oficial de la República Popular
Democrática de Corea. En Trinidad-Tobago, montan
los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima
de Cuba, ganadores de todas las medallas de oro
en el recién finalizado Campeonato
Centroamericano y del Caribe de ese deporte y
que esa madrugada habían arribado en vuelo de la
Pan American, procedentes de Caracas, Venezuela.
15:49 (GMT): La aeronave sale hacia Barbados.
Son tomadas las medidas que se aplican desde un
frustrado atentado a un avión de Cubana en
Kingston, Jamaica: no aceptar carga o correo, ni
equipaje sin acompañante; chequear el equipaje
de mano y revisar si los pasajeros iban armados,
pero el equipo utilizado por las autoridades
aduaneras no estaba preparado para detectar
sustancias explosivas.
16:21: El vuelo arriba al aeropuerto de Seawell,
Barbados. Entre quienes concluyen su viaje se
hallan Freddy Lugo y José Vázquez García (nombre
falso que dio Hernán Ricardo Lozano).
17:15: Parte la nave con destino a Jamaica. A
bordo hay 73 personas, incluidos jóvenes
guyaneses que viajaban a Cuba para estudiar
Medicina y 10 tripulantes que se encontraban
hospedados en Bridgetown, la capital barbadense,
debido a la rotación del personal de la
aerolínea Cubana de Aviación.
17:23: !CUIDADO! En la torre de control se
escucha desde la radio del aparato de Cubana el
grito de alarma del capitán, Wilfredo Pérez.
FELLO, FUE UNA EXPLOSIÓN EN LA CABINA DE
PASAJEROS Y HAY FUEGO, informa a este último el
copiloto.
REGRESAMOS DE INMEDIATO; AVISA A SEAWELL, le
orienta:
SEAWELL...; SEAWELL... CU-455 -CU-455... Seawell
!TENEMOS UNA EXPLOSIÓN Y ESTAMOS DESCENDIENDO
INMEDIATAMENTE, TENEMOS FUEGO A BORDO!
¿CU-455 regresará al campo?
17:25:20: Otra vez llega a la torre de control
la voz del copiloto:
SEAWELL CU-455... PEDIMOS INMEDIATAMENTE;
INMEDIATAMENTE PISTA.
CU-455 AUTORIZADO A ATERRIZAR.
RECIBIDO, responden desde la torre de control.
La
tripulación ha dominado parcialmente la caótica
situación. Fue sacado el tren de aterrizaje y
tomadas las medidas en el afán de salvar vidas.
17:25:27:En Seawell se oye una frase perentoria:
¡CIERREN LA PUERTA, CIERREN LA PUERTA!
CU-455. Tenemos emergencia total, continuamos
escuchando, respondan.
En
esos momentos, el piloto pierde el control del
aparato (una segunda explosión había tenido
lugar en el área de los baños traseros).
Sin percatarse aún de la nueva complicación, el
copiloto le grita:
¡ESO
ES PEOR, PÉGATE AL AGUA, FELLO, PÉGATE AL AGUA!
Con
un elevado sentido de responsabilidad humana, el
piloto hace girar la aeronave hacia un lado, con
lo cual evita que caiga sobre la playa cercana.
Desde áreas cercanas a las costas de Barbados,
varias personas presencian horrorizadas cómo el
avión cae al mar.
7 de
octubre de 1976: El Instituto de Aeronáutica
Civil de Cuba informa oficialmente que, de los
73 pasajeros que perecieron, 57 eran cubanos, 11
guyaneses y cinco coreanos.
7 de
octubre de 1976: Por las sospechas que
levantaron ambos individuos, las autoridades de
Barbados advierten a sus colegas de Trinidad
Tobago y ese mismo día son arrestados los
ciudadanos venezolanos Freddy Lugo y Hernán
Ricardo Lozano como presuntos autores del
sabotaje. Con posterioridad, los trinitarios
informan a una comisión investigadora convocada
por Barbados que Hernán Ricardo Lozano había
declarado al jefe de la Policía ser miembro de
la Agencia Central de Inteligencia (CIA); que en
las pocas horas que permanecieron en Bridgetown
tras bajarse del avión, habían ido del
aeropuerto a la embajada de Estados Unidos y que
luego, desde el hotel, llamaron por teléfono a
Caracas a Luis Posada Carriles (su jefe) y
también a Orlando Bosch Ávila. Sobre esa base,
en el informe oficial, Barbados incluiría los
datos del hotel donde pernoctaron, desde qué
teléfono llamaron y los números de Posada y
Bosch en Caracas a los cuales llamaron.
Especialistas, equipos de buceo y barcos de la
flota pesquera cubana laboran en el rescate de
las víctimas, que se hace muy difícil por la
profundidad donde se hallan los restos de la
nave.
La
Agencia de Noticias Caribeña (CANA) informa que
los dos detenidos con pasaporte venezolano
realizaban actividades ilegales en el área del
Caribe. Oficiales de Trinidad Tobago expresan
que ambos se encontraban en la capital de
Barbados cuando ocurrió allí un atentado
dinamitero contra el Consulado de Guyana y
también estuvieron en esta última Isla, en junio
pasado, cuando una bomba destruyó las oficinas
de la British West Indies Airways.
La
aviación civil de Barbados da a la publicidad la
cinta magnetofónica con la conversación que
mantuviera, en los minutos finales del vuelo, la
tripulación del CU-455 con el aeropuerto de
Seawell.
10
de octubre de 1976: El embajador norteamericano
en Barbados, Theodore Britton, parte hacia
Washington para "efectuar una consulta de rutina
con el Departamento de Estado".
11
de octubre de 1976: El primer ministro de
Barbados, Tom Adams, declara ante la XXXI
Asamblea General de la ONU que el desastre de un
aparato de Cubana de Aviación en el Caribe fue
un acto de terrorismo.
La
organización contrarrevolucionaria Comandos de
Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU) se
atribuye la responsabilidad de la criminal
acción.
12
de octubre de 1976: En un comunicado oficial, el
Gobierno de Venezuela condena el acto de
terrorismo contra el avión de Cubana y reconoce
que los dos ciudadanos de ese país sobre quienes
recaen las sospechas de estar implicados son
Freddy Lugo y Hernán Ricardo Lozano.
Barbados rechaza una oferta estadounidense de
asistencia en sus investigaciones sobre el
desastre.
13
de octubre de 1976: El Gobierno de Guyana
declara para el día siguiente duelo nacional, en
homenaje a las víctimas.
14
de octubre de 1976: Los restos de los cubanos
que pudieron ser rescatados son trasladados a La
Habana y expuestos en la base del Monumento
situado en la Plaza de la Revolución José Martí.
Se decreta duelo oficial.
La
policía política venezolana (DISIP) anuncia la
detención en Caracas de dos personas de origen
cubano Orlando Bosch y Luis Posada Carriles y de
otros tres implicados. También allana la oficina
de Investigaciones Comerciales e Industriales
C.A. (ICICA), propiedad de Posada Carriles,
donde se encuentran pruebas y equipos
relacionados con el acto terrorista.
Compilación: Nayda Sanzo
"Vamos a golpear a un avión cubano "
DEISY FRANCIS MEXIDOR
El 10 de mayo del 2005 fueron desclasificados
por los Archivos de Seguridad de la Universidad
George Washington, en Washington D.C,
importantes documentos referidos, entre otros
temas, a la carrera de Luis Posada Carriles en
la CIA desde los años sesenta del pasado siglo y
a la voladura de un avión civil cubano en
Barbados, con 73 personas a bordo, el 6 de
octubre de 1976.
Tal legajo sacó a la luz pública la evidencia
irrefutable de la participación directa de
Posada Carriles y de Orlando Bosch en el
horrendo crimen que costó la vida a todos los
pasajeros y la tripulación de la aeronave, y
además, demostró que el gobierno de Estados
Unidos sabía con antelación, mediante sus
servicios especiales, lo que se estaba fraguando
en aquel entonces.
En uno de los textos, dirigido al Secretario de
Estado norteamericano de la época, Henry
Kissinger, se incluía un comprometedor
comentario de Bosch durante una cena de
recaudación, a su llegada a Caracas, Venezuela,
en septiembre de 1976, en el que aseguraba:
"Ahora que nuestra organización ha salido bien
parada del trabajo (asesinato) de Letelier,
vamos a tratar de hacer algunas otras cosas".
¿A qué "otras cosas" hacía alusión Bosch? Las
dudas se disiparon enseguida. Días antes del
sabotaje, un informante de la Agencia Central de
Inteligencia (CIA) escuchó casualmente cuando
Posada Carriles se ufanaba de que "vamos a
golpear a un avión cubano y Orlando (Bosch)
tiene los detalles".
A menos de cuatro meses del sabotaje, fue muy
sintomática una reunión celebrada en Bonao,
República Dominicana, el 11 de junio de 1976,
donde participó el entonces subdirector de la
CIA, Vernon Walters, en la que se decidió la
formación de la Coordinación de Organizaciones
Revolucionarias Unidas (CORU), "una organización
de pantalla terrorista antiCastro integrada por
cinco grupos anticastristas", según reveló años
más tarde un documento secreto desclasificado.
El CORU, una diabólica criatura de muerte, fue
dirigida desde sus inicios por Orlando Bosch y
resultó de la fusión de los grupos terroristas
Acción Cubana, el Movimiento Nacionalista
Cubano, el Frente Nacional de Liberación Cubano,
la Asociación de Veteranos de la Brigada 2506 de
Bahía de Cochinos y el Movimiento 17 de Abril.
No tardó para entrar en acción. Hacia finales
del propio mes de junio del 76, la CIA comenzó a
reportar que "un grupo del exilio, encabezado
por Bosch, planificaba poner una bomba en un
vuelo de Cubana de Aviación entre Panamá y La
Habana". Sabían, igualmente, por mediación de
una fuente del FBI, que con anterioridad se
había tratado de volar otra aeronave, pero que
la bomba no explotó.
Sin embargo, en una segunda intentona, en
Jamaica, lograron colocar los explosivos en una
de las maletas, que estalló antes de que fuese
puesta dentro del aparato.
Para no pocos entendidos, lo de Barbados fue el
resultado de un crimen ensayado. Al consumarse
los hechos, no es de extrañar que el CORU se
adjudicara la autoría de lo ocurrido, como parte
de esas "algunas otras cosas" que hicieron
después del asesinato de Letelier y que fueron
anunciadas con antelación por Bosch en la cena
de Venezuela.
No obstante, despachos de prensa de la
desaparecida agencia UPI reseñaron inicialmente
que fue una autodenominada organización Cóndor
la que planificó y ejecutó el sabotaje. El CORU,
en 1976, formaba parte de la estrategia del
Operativo Cóndor que estaba en su apogeo en
América Latina. Orlando Bosch siempre mantuvo
conexiones con la DINA chilena y con todas las
dictaduras y gobiernos de la región. Lo del
avión de Cubana indudablemente fue parte también
de ese gran Cóndor.
En los documentos desclasificados fueron
develados parte de esos vínculos. En uno del FBI
se confirmaba el pacto entre el ex presidente
venezolano Carlos Andrés Pérez y el mencionado
criminal.
"De acuerdo con (tachado) —señalaba el texto— el
presidente venezolano Carlos Andrés Pérez se
dice que tiene simpatía por Bosch y le ha
permitido viajar libremente y solicitar fondos
por todo el país con el entendimiento de que
Venezuela no fuese utilizada como una base de
operaciones o un lugar de refugio. Se reporta
que Bosch prometió no involucrarse en
actividades terroristas mientras estuviese en
Venezuela y recibió un regalo de contribución de
500 dólares por parte de Pérez."
En consecuencia, los sicarios Freddy Lugo y
Hernán Ricardo, vinculados a un negocio de
seguridad que Posada Carriles había instalado en
aquella nación, cometieron el crimen en
Barbados.
grabación
de los pilotos con la torre de control
|
|
Otra versión de los hechos contada por Robert
alonso.
¿Quién voló el avión cubano en Barbados el 6 de
octubre de 1976?.
Robert Alonso es entrevistado por María
Elvira Salazar en su programa “María Elvira
Presenta”, en el año 2004, recién llegado Alonso
al exilio en Miami.
Ver
entrevista
Otra versión del atentado al avión de Barbados
Por Enrique
Encinosa
Net for Cuba
Ningún acontecimiento entre los que se implica
al exilio ha generado más controversia que el
derribo de un avión comercial cubano en
Barbados, que mató a setenta y tres personas el
6 de octubre de l976.
Autores y responsables
El régimen castrista utiliza el trágico
incidente como bandera para acusar al exilio y
defenderse de acusaciones de violaciones
sistemáticas de derechos humanos, argumentando
que la represión ejercida es como protección al
"terrorismo de la Mafia de Miami." En todas las
versiones castristas faltan algunos detalles que
pueden esclarecer quiénes fueron los autores del
atentado dinamitero.
Las figuras siempre acusadas por el régimen
castrista de perpetrar el ataque incluyen al Dr.
Orlando Bosch y a Luis Posada Carriles; aunque
ambos se proclamaron inocentes, permanecieron
encarcelados en Venezuela por años, logrando ser
exonerados en tribunales civil y militar. Si un
hombre es considerado inocente hasta ser probado
culpable, entonces Bosch y Carriles son
inocentes, pese a lo que alegue la propaganda
castrista.
Existen tres escenarios de especulación sobre el
atentado.
> El primero -la línea oficial del
régimen- alega que fue un acto terrorista del
exilio.
> La segunda posición -factores del
exilio- reclaman que el atentado fue una
operación de la DGI castrista para neutralizar a
líderes de la lucha armada contra el régimen.
> Un tercer escenario implica a miembros
de la inteligencia venezolana en la
planificación del ataque.
El testimonio más interesante en las teorías de
conspiración proviene de Osmeiro Carneiro,
oficial de la inteligencia militar venezolana,
quien acusó a Orlando García, jefe anterior de
la seguridad presidencial y Lázaro Rogelio
Ugarte, oficial de policía, de la planificación
del atentado.
Carneiro declaró -el 15 de julio de 1991, según
El Nuevo Herald, que Bosch y Posada Carriles
eran inocentes, pero eran utilizados como
"chivos expiatorios" por García y Ugarte.
Otro testimonio que vincula a la inteligencia
venezolana y al régimen castrista con el ataque
al avión de Barbados proviene del testimonio -en
tribunales de la Florida- de Ricardo "El Mono"
Morales Navarrete, ex agente de la CIA,
informante federal y ex supervisor de la DISIP
-el Servicio Secreto venezolano- donde dirigió
la Sección 54 del Contraespionaje.
Morales fue asignado a un cargo supervisor a
pesar de no ser ciudadano venezolano, un
requisito en DISIP, mas le fue otorgada la
ciudadanía en sólo tres meses por pedido
ministerial, a pesar de las regulaciones legales
que requirieron por lo menos dos años de
residencia en Venezuela antes de solicitar la
ciudadanía.
Según el testimonio bajo juramento de Morales
Navarrete, la conspiración se originó en México,
adonde Morales Navarrete viajó con pasaporte
(falso) bajo el nombre Moisés Gutiérrez. En
México, Morales Navarrete se reunió con agentes
cubanos de la DGI que le proporcionaron $18,000
y resumieron un plan para volar un avión
comercial cubano y destruir a Orlando Bosch,
quien sería culpado del bombardeo.
Morales Navarrete declaró bajo juramento haberse
reunido en México y Caracas con dos agentes de
DGI, Cuenca Montoto y Eduardo Fuentes. En
octubre 2 de l976, se reunió con Cuenca Montoto
y un ejecutivo de Líneas Aéreas de Cubana (de
Aviación) en el Anauca Hilton. Como director de
la Sección 54, Morales dió órdenes a Hernán
Ricardo y Freddy Lugo, fotógrafos asociados a
Posada Carriles a que abordaran el avión hasta
Barbados y tomaran fotos de los diplomáticos a
bordo. Después del ataque ambos fotógrafos
fueron encarcelados como parte de la supuesta
conspiración dirigida por Bosch y Posada
Carriles.
Irónicamente, Ricardo había estado viajando con
un pasaporte falso proporcionado por la DISIP y
fue condenado por usar documentos falsos que
habían sido elaborados por su propio gobierno.
CASTRO’S "MONKEY" BUSINESS
Por Hugo J. Byrne
En su edición del 15 de julio de 1991 “El Nuevo
Herald” informó a sus lectores que un alto
oficial de la inteligencia militar de Venezuela
llamado Osmeiro Carneiro acusaba a dos
venezolanos de planear el atentado terrorista
contra el avión de pasajeros de “Cubana de
Aviación” que en octubre de 1976 se estrellara
en las cercanías de Barbados y en cuyo siniestro
perecieran todos sus 73 pasajeros y tripulantes.
De acuerdo al reportaje del Herald, Carneiro
señalaba a Orlando García y a Lázaro Rogelio
Ugarte como parte de un complot criminal
desarrollado por la “Dirección General de
Inteligencia” (hoy “Dirección de Inteligencia”)
de Castro.
En esta versión del acto terrorista se indicaba
que tanto García, quien había sido jefe de
seguridad presidencial venezolana, como el
policía Ugarte planearon el atentado por órdenes
de La Habana con el objetivo de achacárselo al
grupo de militantes anticastristas que
encabezaba el Dr. Orlando Bosh. Por ese entonces
la organización de Bosch tenía su base operativa
en Venezuela y el éxito de sus acciones había
puesto a Castro a la defensiva. El atentado de
Barbados cambió radicalmente todo eso. Un
análisis objetivo de las consecuencias de ese
desastre indica que la propaganda de La Habana
fue la única beneficiaria del mismo. Para ese
miserable propósito la tiranía castrista ha
contado y sigue contando con la deleznable
cooperación de poderosos medios de comunicación
norteamericanos como el “New York Times” y esa
otra sentina del oeste; “Los Angeles Times”.
Este trabajo tiene el propósito de analizar no
las consecuencias desastrosas en términos de
pérdidas de vidas humanas inocentes y evidentes
ventajas propagandísticas para Castro, sino las
extensas evidencias, testimonios y documentos,
olímpicamente silenciados por la prensa diaria y
que señalan a La Habana como la responsable
directa del atentado. Análisis de esta clase se
hacen imperiosos, cuando un combatiente cubano
tan simbólico como Luis Posada Carriles
languidece (sin haber sido formalmente acusado
de nada mientras escribimos esto) en una prisión
federal en El Paso, Texas. Sabemos de las
responsabilidades legales y de otra índole que
se incurren al transitar este campo minado, pero
las aceptamos en la convicción de que el triunfo
de la verdad amerita cualquier riesgo.
La figura central en el complot castrista para
destruir a la molesta oposición del Dr. Bosch y
Luis Posada era un tenebroso sujeto que
respondía al nombre de Ricardo Morales
Navarrete. Apodado “el Mono”, Morales Navarrete
era un hombre violento y sin escrúpulos, además
de poseer arrojo y valor personal. “ Monkey”
Morales fue entrenado por la CIA en operaciones
de comando y se destacó entre quienes a las
órdenes de “Mad” Michael Hoare y su 5th Comando
derrotaran la intentona del “Che” Guevara en el
Congo en 1964. Se ha dicho con mucha razón que
fueron los “cubanos de la CIA” quienes forzaran
a Guevara y sus guerrilleros a una retirada
humillante. Aunque “Monkey” Morales fue ejemplo
vivo de que no todos los malos son cobardes, su
diferencia ética con el resto de los cubanos
libres en el combate del Congo se pudo
evidenciar mucho después de concluida esa
operación.
Lo significativo de “Monkey” Morales en relación
al atentado terrorista de Barbados es que él es
el único individuo que ha reconocido en
declaración jurada su participación en el mismo.
Morales era un “soldado de fortuna” cuyas
habilidades bélicas estaban al mejor postor. Eso
lo llevó a convertirse en delator y “agente
doble” de la CIA y la DGI de Castro. Es Morales
quien en 1968 acusa al Dr. Bosch de disparar un
cañón sin retroceso a un barco polaco en ruta
hacia Cuba, lo que resultara en cuatro años de
prisión federal para el pediatra villareño.
“Monkey” Morales era informante de la Policía en
virtud de ciertos “arreglos” originados por su
notoria relación con el narcotráfico.
Algún tiempo después del suceso de Barbados,
“Monkey” Morales es arrestado en Miami durante
una incursión antidrogas. Convertido en testigo
de la fiscalía, el informante declara bajo
juramento a una corte de Miami su participación
en el atentado de Barbados. De acuerdo a sus
declaraciones “Monkey” recibió con ese propósito
en México $18,000.00 de la “Dirección General de
Inteligencia” castrista. El objetivo del crimen
era culpar del mismo a los cubanos de Bosch y en
especial a Luis Posada. Los tribunales
venezolanos que juzgan a Posada (y que lo
absuelven dos veces del “affaire” Barbados),
increíblemente no admiten el uso de
“transcripts” de las declaraciones juradas del “
Mono” en Miami. Las organizaciones de
inteligencia norteamericanas (y otras muchas)
corroboran la presencia de Morales en México
poco tiempo antes del atentado de Barbados y
también en Jamaica, escasamente una semana antes
del mismo.
Sorpresivamente y coincidiendo con el siniestro
de Barbados, “Monkey” Morales se aparece por
Caracas, nada menos que como alto oficial de la
DISIP (Inteligencia Militar de Venezuela). Para
esta posición, de acuerdo a la ley, “ Monkey”
necesitaba ciudadanía venezolana, la que obtiene
en tres meses en lugar de los dos años que
prescribe la ley. Como agente de la DISIP,
“Monkey” entrevista en prisión a los detenidos
Posada y Bosch (este último se ve forzado a la
entrevista, como es fácil de comprender). En esa
entrevista privada “ Monkey” admite por
primera vez su participación en el complot
castrista para culpar a Bosch y Luis Posada de
un crimen de terror.
Años más tarde “Monkey” Morales muere a balazos
en un bar de Key Byscaine en circunstancias muy
peculiares, aunque ciertamente “adecuadas” para
un individuo fácilmente dado a la violencia. De
acuerdo a numerosos testigos el “ Mono”, recién
llegado al lugar en compañía femenina se enreda
en una discusión acalorada con otro hombre al
que amenaza verbalmente. Al inclinarse “Monkey”
para extraer un arma de fuego de una funda en el
tobillo, el otro individuo logra disparar
primero. Admitiendo legítima defensa, las
autoridades locales no presentan cargos de
homicidio contra el otro.
“Monkey” Morales Navarrete termina así su vida
sombría en medio de las mismas brumas
intrigantes que rodearan la desaparición de
Camilo Cienfuegos o la captura y muerte de
Ernesto Guevara en su fracaso de Bolivia.
En el caso de Barbados las evidencias
incriminatorias hacia Castro y su régimen son
tan múltiples que resultan abrumadoras, nunca
han merecido adecuada cobertura de la gran
prensa. La pertinaz y sospechosa negativa de la
Habana ha impedido hasta hoy la recuperación de
los restos del avión de Barbados. Ellos se
encuentran a un nivel bien accesible. ¿Por qué
Castro ha obstaculizado el examen forénsico del
avión durante todos estos años? ¿Por qué ese
hecho sospechoso nunca ha recibido adecuada
atención de la prensa? En este crimen hay más de
una pista apuntando directamente hacia La
Habana, pero para seguirlas es necesario
profesionalismo periodístico, honestidad y
principios.
Hernán Ricardo y Freddy Lugo, acusados de ser
los autores materiales del atentado criminar eL
6 DE OCTUBRE DE 1976 AL VUELO CU-455 DE CUBANA
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