"La patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos, y no feudo ni capellanía de nadie."  J. Martí
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EL ATENTADO DEL AVIÓN  DE CUBANA EN BARBADOS

 

Resulta difícil pensar como un ser humano puede planear y llevar a cabo un crimen tan horrendo sobre todo contra seres inocentes, el terrorismo es la degeneración mayor del hombre. Pero cunado se trata del propio estado quien engendra un plan tan macabro es todavía más difícil de entender. Aquí solo exponemos las dos versiones de un mismo crimen. Que Dios les pagué conforme a sus obras.

 

 

Orden cronológico de de los sucesos, según el gobierno de cuba.

5 de octubre de 1976: Llega al aeropuerto de Timehri, en Guyana, el DC-8 de Cubana de Aviación que realiza el vuelo CU-455.

6 de octubre de 1976:

10:57 de la mañana (hora local): El avión parte hacia el aeropuerto de Piarco, Puerto España, con 27 minutos de retraso por esperar a una delegación oficial de la República Popular Democrática de Corea. En Trinidad-Tobago, montan los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima de Cuba, ganadores de todas las medallas de oro en el recién finalizado Campeonato Centroamericano y del Caribe de ese deporte y que esa madrugada habían arribado en vuelo de la Pan American, procedentes de Caracas, Venezuela.

15:49 (GMT): La aeronave sale hacia Barbados. Son tomadas las medidas que se aplican desde un frustrado atentado a un avión de Cubana en Kingston, Jamaica: no aceptar carga o correo, ni equipaje sin acompañante; chequear el equipaje de mano y revisar si los pasajeros iban armados, pero el equipo utilizado por las autoridades aduaneras no estaba preparado para detectar sustancias explosivas.

16:21: El vuelo arriba al aeropuerto de Seawell, Barbados. Entre quienes concluyen su viaje se hallan Freddy Lugo y José Vázquez García (nombre falso que dio Hernán Ricardo Lozano).

17:15: Parte la nave con destino a Jamaica. A bordo hay 73 personas, incluidos jóvenes guyaneses que viajaban a Cuba para estudiar Medicina y 10 tripulantes que se encontraban hospedados en Bridgetown, la capital barbadense, debido a la rotación del personal de la aerolínea Cubana de Aviación.

17:23: !CUIDADO! En la torre de control se escucha desde la radio del aparato de Cubana el grito de alarma del capitán, Wilfredo Pérez. FELLO, FUE UNA EXPLOSIÓN EN LA CABINA DE PASAJEROS Y HAY FUEGO, informa a este último el copiloto.

REGRESAMOS DE INMEDIATO; AVISA A SEAWELL, le orienta:

SEAWELL...; SEAWELL... CU-455 -CU-455... Seawell

!TENEMOS UNA EXPLOSIÓN Y ESTAMOS DESCENDIENDO INMEDIATAMENTE, TENEMOS FUEGO A BORDO!

¿CU-455 regresará al campo?

 

17:25:20: Otra vez llega a la torre de control la voz del copiloto:

SEAWELL CU-455... PEDIMOS INMEDIATAMENTE; INMEDIATAMENTE PISTA.

CU-455 AUTORIZADO A ATERRIZAR.

RECIBIDO, responden desde la torre de control.

La tripulación ha dominado parcialmente la caótica situación. Fue sacado el tren de aterrizaje y tomadas las medidas en el afán de salvar vidas.

17:25:27:En Seawell se oye una frase perentoria:

¡CIERREN LA PUERTA, CIERREN LA PUERTA!

CU-455. Tenemos emergencia total, continuamos escuchando, respondan.

En esos momentos, el piloto pierde el control del aparato (una segunda explosión había tenido lugar en el área de los baños traseros). Sin percatarse aún de la nueva complicación, el copiloto le grita:

¡ESO ES PEOR, PÉGATE AL AGUA, FELLO, PÉGATE AL AGUA!

Con un elevado sentido de responsabilidad humana, el piloto hace girar la aeronave hacia un lado, con lo cual evita que caiga sobre la playa cercana. Desde áreas cercanas a las costas de Barbados, varias personas presencian horrorizadas cómo el avión cae al mar.

7 de octubre de 1976: El Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba informa oficialmente que, de los 73 pasajeros que perecieron, 57 eran cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos.

7 de octubre de 1976: Por las sospechas que levantaron ambos individuos, las autoridades de Barbados advierten a sus colegas de Trinidad Tobago y ese mismo día son arrestados los ciudadanos venezolanos Freddy Lugo y Hernán Ricardo Lozano como presuntos autores del sabotaje. Con posterioridad, los trinitarios informan a una comisión investigadora convocada por Barbados que Hernán Ricardo Lozano había declarado al jefe de la Policía ser miembro de la Agencia Central de Inteligencia (CIA); que en las pocas horas que permanecieron en Bridgetown tras bajarse del avión, habían ido del aeropuerto a la embajada de Estados Unidos y que luego, desde el hotel, llamaron por teléfono a Caracas a Luis Posada Carriles (su jefe) y también a Orlando Bosch Ávila. Sobre esa base, en el informe oficial, Barbados incluiría los datos del hotel donde pernoctaron, desde qué teléfono llamaron y los números de Posada y Bosch en Caracas a los cuales llamaron.

Especialistas, equipos de buceo y barcos de la flota pesquera cubana laboran en el rescate de las víctimas, que se hace muy difícil por la profundidad donde se hallan los restos de la nave.

La Agencia de Noticias Caribeña (CANA) informa que los dos detenidos con pasaporte venezolano realizaban actividades ilegales en el área del Caribe. Oficiales de Trinidad Tobago expresan que ambos se encontraban en la capital de Barbados cuando ocurrió allí un atentado dinamitero contra el Consulado de Guyana y también estuvieron en esta última Isla, en junio pasado, cuando una bomba destruyó las oficinas de la British West Indies Airways.

La aviación civil de Barbados da a la publicidad la cinta magnetofónica con la conversación que mantuviera, en los minutos finales del vuelo, la tripulación del CU-455 con el aeropuerto de Seawell.

10 de octubre de 1976: El embajador norteamericano en Barbados, Theodore Britton, parte hacia Washington para "efectuar una consulta de rutina con el Departamento de Estado".

11 de octubre de 1976: El primer ministro de Barbados, Tom Adams, declara ante la XXXI Asamblea General de la ONU que el desastre de un aparato de Cubana de Aviación en el Caribe fue un acto de terrorismo.

La organización contrarrevolucionaria Comandos de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU) se atribuye la responsabilidad de la criminal acción.

12 de octubre de 1976: En un comunicado oficial, el Gobierno de Venezuela condena el acto de terrorismo contra el avión de Cubana y reconoce que los dos ciudadanos de ese país sobre quienes recaen las sospechas de estar implicados son Freddy Lugo y Hernán Ricardo Lozano.

Barbados rechaza una oferta estadounidense de asistencia en sus investigaciones sobre el desastre.

13 de octubre de 1976: El Gobierno de Guyana declara para el día siguiente duelo nacional, en homenaje a las víctimas.

14 de octubre de 1976: Los restos de los cubanos que pudieron ser rescatados son trasladados a La Habana y expuestos en la base del Monumento situado en la Plaza de la Revolución José Martí. Se decreta duelo oficial.

La policía política venezolana (DISIP) anuncia la detención en Caracas de dos personas de origen cubano Orlando Bosch y Luis Posada Carriles y de otros tres implicados. También allana la oficina de Investigaciones Comerciales e Industriales C.A. (ICICA), propiedad de Posada Carriles, donde se encuentran pruebas y equipos relacionados con el acto terrorista.

Compilación: Nayda Sanzo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"Vamos a golpear a un avión cubano "

DEISY FRANCIS MEXIDOR

El 10 de mayo del 2005 fueron desclasificados por los Archivos de Seguridad de la Universidad George Washington, en Washington D.C, importantes documentos referidos, entre otros temas, a la carrera de Luis Posada Carriles en la CIA desde los años sesenta del pasado siglo y a la voladura de un avión civil cubano en Barbados, con 73 personas a bordo, el 6 de octubre de 1976.

Tal legajo sacó a la luz pública la evidencia irrefutable de la participación directa de Posada Carriles y de Orlando Bosch en el horrendo crimen que costó la vida a todos los pasajeros y la tripulación de la aeronave, y además, demostró que el gobierno de Estados Unidos sabía con antelación, mediante sus servicios especiales, lo que se estaba fraguando en aquel entonces.

En uno de los textos, dirigido al Secretario de Estado norteamericano de la época, Henry Kissinger, se incluía un comprometedor comentario de Bosch durante una cena de recaudación, a su llegada a Caracas, Venezuela, en septiembre de 1976, en el que aseguraba: "Ahora que nuestra organización ha salido bien parada del trabajo (asesinato) de Letelier, vamos a tratar de hacer algunas otras cosas".

¿A qué "otras cosas" hacía alusión Bosch? Las dudas se disiparon enseguida. Días antes del sabotaje, un informante de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) escuchó casualmente cuando Posada Carriles se ufanaba de que "vamos a golpear a un avión cubano y Orlando (Bosch) tiene los detalles".

A menos de cuatro meses del sabotaje, fue muy sintomática una reunión celebrada en Bonao, República Dominicana, el 11 de junio de 1976, donde participó el entonces subdirector de la CIA, Vernon Walters, en la que se decidió la formación de la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), "una organización de pantalla terrorista antiCastro integrada por cinco grupos anticastristas", según reveló años más tarde un documento secreto desclasificado.

El CORU, una diabólica criatura de muerte, fue dirigida desde sus inicios por Orlando Bosch y resultó de la fusión de los grupos terroristas Acción Cubana, el Movimiento Nacionalista Cubano, el Frente Nacional de Liberación Cubano, la Asociación de Veteranos de la Brigada 2506 de Bahía de Cochinos y el Movimiento 17 de Abril.

No tardó para entrar en acción. Hacia finales del propio mes de junio del 76, la CIA comenzó a reportar que "un grupo del exilio, encabezado por Bosch, planificaba poner una bomba en un vuelo de Cubana de Aviación entre Panamá y La Habana". Sabían, igualmente, por mediación de una fuente del FBI, que con anterioridad se había tratado de volar otra aeronave, pero que la bomba no explotó.

Sin embargo, en una segunda intentona, en Jamaica, lograron colocar los explosivos en una de las maletas, que estalló antes de que fuese puesta dentro del aparato.

Para no pocos entendidos, lo de Barbados fue el resultado de un crimen ensayado. Al consumarse los hechos, no es de extrañar que el CORU se adjudicara la autoría de lo ocurrido, como parte de esas "algunas otras cosas" que hicieron después del asesinato de Letelier y que fueron anunciadas con antelación por Bosch en la cena de Venezuela.

No obstante, despachos de prensa de la desaparecida agencia UPI reseñaron inicialmente que fue una autodenominada organización Cóndor la que planificó y ejecutó el sabotaje. El CORU, en 1976, formaba parte de la estrategia del Operativo Cóndor que estaba en su apogeo en América Latina. Orlando Bosch siempre mantuvo conexiones con la DINA chilena y con todas las dictaduras y gobiernos de la región. Lo del avión de Cubana indudablemente fue parte también de ese gran Cóndor.

En los documentos desclasificados fueron develados parte de esos vínculos. En uno del FBI se confirmaba el pacto entre el ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez y el mencionado criminal.

"De acuerdo con (tachado) —señalaba el texto— el presidente venezolano Carlos Andrés Pérez se dice que tiene simpatía por Bosch y le ha permitido viajar libremente y solicitar fondos por todo el país con el entendimiento de que Venezuela no fuese utilizada como una base de operaciones o un lugar de refugio. Se reporta que Bosch prometió no involucrarse en actividades terroristas mientras estuviese en Venezuela y recibió un regalo de contribución de 500 dólares por parte de Pérez."

En consecuencia, los sicarios Freddy Lugo y Hernán Ricardo, vinculados a un negocio de seguridad que Posada Carriles había instalado en aquella nación, cometieron el crimen en Barbados.

 

 grabación de los pilotos con la torre de control 

 

Otra versión de los hechos contada por Robert alonso.

¿Quién voló el avión cubano en Barbados el 6 de octubre de 1976?.

Robert Alonso es entrevistado por María Elvira Salazar en su programa “María Elvira Presenta”, en el año 2004, recién llegado Alonso al exilio en Miami.

Ver entrevista  

Otra versión del atentado al avión de Barbados

Por Enrique Encinosa

Net for Cuba

Ningún acontecimiento entre los que se implica al exilio ha generado más controversia que el derribo de un avión comercial cubano en Barbados, que mató a setenta y tres personas el 6 de octubre de l976.


Autores y responsables


El régimen castrista utiliza el trágico incidente como bandera para acusar al exilio y defenderse de acusaciones de violaciones sistemáticas de derechos humanos, argumentando que la represión ejercida es como protección al "terrorismo de la Mafia de Miami." En todas las versiones castristas faltan algunos detalles que pueden esclarecer quiénes fueron los autores del atentado dinamitero.

Las figuras siempre acusadas por el régimen castrista de perpetrar el ataque incluyen al Dr. Orlando Bosch y a Luis Posada Carriles; aunque ambos se proclamaron inocentes, permanecieron encarcelados en Venezuela por años, logrando ser exonerados en tribunales civil y militar. Si un hombre es considerado inocente hasta ser probado culpable, entonces Bosch y Carriles son inocentes, pese a lo que alegue la propaganda castrista.

Existen tres escenarios de especulación sobre el atentado.


> El primero -la línea oficial del régimen- alega que fue un acto terrorista del exilio.

> La segunda posición -factores del exilio- reclaman que el atentado fue una operación de la DGI castrista para neutralizar a líderes de la lucha armada contra el régimen.

> Un tercer escenario implica a miembros de la inteligencia venezolana en la planificación del ataque.

El testimonio más interesante en las teorías de conspiración proviene de Osmeiro Carneiro, oficial de la inteligencia militar venezolana, quien acusó a Orlando García, jefe anterior de la seguridad presidencial y Lázaro Rogelio Ugarte, oficial de policía, de la planificación del atentado.
Carneiro declaró -el 15 de julio de 1991, según El Nuevo Herald, que Bosch y Posada Carriles eran inocentes, pero eran utilizados como "chivos expiatorios" por García y Ugarte.
Otro testimonio que vincula a la inteligencia venezolana y al régimen castrista con el ataque al avión de Barbados proviene del testimonio -en tribunales de la Florida- de Ricardo "El Mono" Morales Navarrete, ex agente de la CIA, informante federal y ex supervisor de la DISIP -el Servicio Secreto venezolano- donde dirigió la Sección 54 del Contraespionaje.

Morales fue asignado a un cargo supervisor a pesar de no ser ciudadano venezolano, un requisito en DISIP, mas le fue otorgada la ciudadanía en sólo tres meses por pedido ministerial, a pesar de las regulaciones legales que requirieron por lo menos dos años de residencia en Venezuela antes de solicitar la ciudadanía.

Según el testimonio bajo juramento de Morales Navarrete, la conspiración se originó en México, adonde Morales Navarrete viajó con pasaporte (falso) bajo el nombre Moisés Gutiérrez. En México, Morales Navarrete se reunió con agentes cubanos de la DGI que le proporcionaron $18,000 y resumieron un plan para volar un avión comercial cubano y destruir a Orlando Bosch, quien sería culpado del bombardeo.

Morales Navarrete declaró bajo juramento haberse reunido en México y Caracas con dos agentes de DGI, Cuenca Montoto y Eduardo Fuentes. En octubre 2 de l976, se reunió con Cuenca Montoto y un ejecutivo de Líneas Aéreas de Cubana (de Aviación) en el Anauca Hilton. Como director de la Sección 54, Morales dió órdenes a Hernán Ricardo y Freddy Lugo, fotógrafos asociados a Posada Carriles a que abordaran el avión hasta Barbados y tomaran fotos de los diplomáticos a bordo. Después del ataque ambos fotógrafos fueron encarcelados como parte de la supuesta conspiración dirigida por Bosch y Posada Carriles.

Irónicamente, Ricardo había estado viajando con un pasaporte falso proporcionado por la DISIP y fue condenado por usar documentos falsos que habían sido elaborados por su propio gobierno.

 

 

 

CASTRO’S "MONKEY" BUSINESS

Por Hugo J. Byrne

En su edición del 15 de julio de 1991 “El Nuevo Herald” informó a sus lectores que un alto oficial de la inteligencia militar de Venezuela llamado Osmeiro Carneiro acusaba a dos venezolanos de planear el atentado terrorista contra el avión de pasajeros de “Cubana de Aviación” que en octubre de 1976 se estrellara en las cercanías de Barbados y en cuyo siniestro perecieran todos sus 73 pasajeros y tripulantes. De acuerdo al reportaje del Herald, Carneiro señalaba a Orlando García y a Lázaro Rogelio Ugarte como parte de un complot criminal desarrollado por la “Dirección General de Inteligencia” (hoy “Dirección de Inteligencia”) de Castro.

En esta versión del acto terrorista se indicaba que tanto García, quien había sido jefe de seguridad presidencial venezolana, como el policía Ugarte planearon el atentado por órdenes de La Habana con el objetivo de achacárselo al grupo de militantes anticastristas que encabezaba el Dr. Orlando Bosh. Por ese entonces la organización de Bosch tenía su base operativa en Venezuela y el éxito de sus acciones había puesto a Castro a la defensiva. El atentado de Barbados cambió radicalmente todo eso. Un análisis objetivo de las consecuencias de ese desastre indica que la propaganda de La Habana fue la única beneficiaria del mismo. Para ese miserable propósito la tiranía castrista ha contado y sigue contando con la deleznable cooperación de poderosos medios de comunicación norteamericanos como el “New York Times” y esa otra sentina del oeste; “Los Angeles Times”.

Este trabajo tiene el propósito de analizar no las consecuencias desastrosas en términos de pérdidas de vidas humanas inocentes y evidentes ventajas propagandísticas para Castro, sino las extensas evidencias, testimonios y documentos, olímpicamente silenciados por la prensa diaria y que señalan a La Habana como la responsable directa del atentado. Análisis de esta clase se hacen imperiosos, cuando un combatiente cubano tan simbólico como Luis Posada Carriles languidece (sin haber sido formalmente acusado de nada mientras escribimos esto) en una prisión federal en El Paso, Texas. Sabemos de las responsabilidades legales y de otra índole que se incurren al transitar este campo minado, pero las aceptamos en la convicción de que el triunfo de la verdad amerita cualquier riesgo.

La figura central en el complot castrista para destruir a la molesta oposición del Dr. Bosch y Luis Posada era un tenebroso sujeto que respondía al nombre de Ricardo Morales Navarrete. Apodado “el Mono”, Morales Navarrete era un hombre violento y sin escrúpulos, además de poseer arrojo y valor personal. “ Monkey” Morales fue entrenado por la CIA en operaciones de comando y se destacó entre quienes a las órdenes de “Mad” Michael Hoare y su 5th Comando derrotaran la intentona del “Che” Guevara en el Congo en 1964. Se ha dicho con mucha razón que fueron los “cubanos de la CIA” quienes forzaran a Guevara y sus guerrilleros a una retirada humillante. Aunque “Monkey” Morales fue ejemplo vivo de que no todos los malos son cobardes, su diferencia ética con el resto de los cubanos libres en el combate del Congo se pudo evidenciar mucho después de concluida esa operación.

Lo significativo de “Monkey” Morales en relación al atentado terrorista de Barbados es que él es el único individuo que ha reconocido en declaración jurada su participación en el mismo. Morales era un “soldado de fortuna” cuyas habilidades bélicas estaban al mejor postor. Eso lo llevó a convertirse en delator y “agente doble” de la CIA y la DGI de Castro. Es Morales quien en 1968 acusa al Dr. Bosch de disparar un cañón sin retroceso a un barco polaco en ruta hacia Cuba, lo que resultara en cuatro años de prisión federal para el pediatra villareño. “Monkey” Morales era informante de la Policía en virtud de ciertos “arreglos” originados por su notoria relación con el narcotráfico.

Algún tiempo después del suceso de Barbados, “Monkey” Morales es arrestado en Miami durante una incursión antidrogas. Convertido en testigo de la fiscalía, el informante declara bajo juramento a una corte de Miami su participación en el atentado de Barbados. De acuerdo a sus declaraciones “Monkey” recibió con ese propósito en México $18,000.00 de la “Dirección General de Inteligencia” castrista. El objetivo del crimen era culpar del mismo a los cubanos de Bosch y en especial a Luis Posada. Los tribunales venezolanos que juzgan a Posada (y que lo absuelven dos veces del “affaire” Barbados), increíblemente no admiten el uso de “transcripts” de las declaraciones juradas del “ Mono” en Miami. Las organizaciones de inteligencia norteamericanas (y otras muchas) corroboran la presencia de Morales en México poco tiempo antes del atentado de Barbados y también en Jamaica, escasamente una semana antes del mismo.

Sorpresivamente y coincidiendo con el siniestro de Barbados, “Monkey” Morales se aparece por Caracas, nada menos que como alto oficial de la DISIP (Inteligencia Militar de Venezuela). Para esta posición, de acuerdo a la ley, “ Monkey” necesitaba ciudadanía venezolana, la que obtiene en tres meses en lugar de los dos años que prescribe la ley. Como agente de la DISIP, “Monkey” entrevista en prisión a los detenidos Posada y Bosch (este último se ve forzado a la entrevista, como es fácil de comprender). En esa entrevista privada “ Monkey” admite por  primera vez su participación en el complot castrista para culpar a Bosch y Luis Posada de un crimen de terror.

Años más tarde “Monkey” Morales muere a balazos en un bar de Key Byscaine en circunstancias muy peculiares, aunque ciertamente “adecuadas” para un individuo fácilmente dado a la violencia. De acuerdo a numerosos testigos el “ Mono”, recién llegado al lugar en compañía femenina se enreda en una discusión acalorada con otro hombre al que amenaza verbalmente. Al inclinarse “Monkey” para extraer un arma de fuego de una funda en el tobillo, el otro individuo logra disparar primero. Admitiendo legítima defensa, las autoridades locales no presentan cargos de homicidio contra el otro.

“Monkey” Morales Navarrete termina así su vida sombría en medio de las mismas brumas intrigantes que rodearan la desaparición de Camilo Cienfuegos o la captura y muerte de Ernesto Guevara en su fracaso de Bolivia.

En el caso de Barbados las evidencias incriminatorias hacia Castro y su régimen son tan múltiples que resultan abrumadoras, nunca han merecido adecuada cobertura de la gran prensa. La pertinaz y sospechosa negativa de la Habana ha impedido hasta hoy la recuperación de los restos del avión de Barbados. Ellos se encuentran a un nivel bien accesible. ¿Por qué Castro ha obstaculizado el examen forénsico del avión durante todos estos años? ¿Por qué ese hecho sospechoso nunca ha recibido adecuada atención de la prensa? En este crimen hay más de una pista apuntando directamente hacia La Habana, pero para seguirlas es necesario profesionalismo periodístico, honestidad y principios.

 

Hernán Ricardo y Freddy Lugo, acusados de ser los autores materiales del atentado criminar eL 6 DE OCTUBRE DE 1976 AL VUELO CU-455 DE CUBANA

Imágenes de las victimas de este crimen

 

IRONÍAS DEL TIEMPO     42 AÑOS DESPUÉS

ENTREVISTA CON HUBER MATOS

REMOLCADOR "13 DE MARZO

LA COLUMNA DE MONTANER

ATENTADO DEL AVIÓN DE CUBANA EN 1976

EL MONCADA DESDE OTRO ANGULO

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DIALOGO NACIONAL

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REVISTA BOHEMIA

IMÁGENES DE BALSEROS

ECONOMÍA Y FINANZAS

LA COUBRE

HIMNO NACIONAL

 

 

 

 

 

Fue el patriota Perucho Figueredo quien compuso, en 1867, la música del Himno. Más tarde, en 1868, cuando las tropas independentistas tomaron la ciudad de Bayamo, el propio Figueredo escribió la letra:

 

LETRA DEL HIMNO

 

AL COMBATE, CORRED, BAYAMESES,

QUE LA PATRIA OS CONTEMPLA ORGULLOSA;

NO TEMÁIS UNA MUERTE GLORIOSA,

QUE MORIR POR LA PATRIA ES VIVIR

 

EN CADENAS VIVIR, ES VIVIR

EN AFRENTA Y OPROBIO SUMIDO;

DEL CLARÍN ESCUCHAD EL SONIDO;

¡A LAS ARMAS, VALIENTES CORRED!

 

EN CADENAS VIVIR, ES VIVIR

EN AFRENTA Y OPROBIO SUMIDO;

DEL CLARÍN ESCUCHAD EL SONIDO;

¡A LAS ARMAS, VALIENTES

 CORRED!

 

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